Tenía una vida como cualquier otra persona con la diferencia de que me sentía muy insegura con mi apariencia y era algo en lo que pensaba constantemente.
Hacer reuniones de trabajo, conocer gente nueva, tomarme fotos y básicamente cualquier interacción humana me causaba mucha inseguridad la cual trataba de ignorar para no limitarme. Sin embargo, en ocasiones mi estrabismo me agobiaba tanto que sentía tristeza y rechazo hacia mí misma.
Incluso hacer videollamadas con mis amigos, familia o compañeros de trabajo me causaba mucha ansiedad porque podía ver mi ojo y en mi cabeza siempre pensaba que todos lo notaban también.
Me sentía honestamente como un monstruo.
Tenía miedo del aspecto de mi ojo después de la cirugía. Sabía que tomaría semanas para que volviera a tener un color normal. Mas que nada, tenía miedo de que las personas a mi alrededor notaran que me había operado (lo cual es bastante ilógico porque lo notarían de igual forma).
Tenía miedo de que la gente me viera con preocupación por el aspecto de mi ojo y me hicieran preguntas que no quería responder.
Entre mi círculo de amigos y familiares, había personas que insistían que no notaban nada raro en mi ojo, y esto me hacía dudar si la cirugía era realmente necesaria.
Tenía miedo al dolor después de la cirugía y a la posibilidad de que no fuera exitosa o que la desviación volviera al poco tiempo, ya que me habían operado a los 4 años y en los últimos 5 años había vuelto el estrabismo. Pensaba que, si ya había vuelto una vez ¿por qué no volvería de nuevo? Al final, decidí hacerlo porque era mejor intentarlo a no hacer nada.
He logrado recuperar una gran parte de mi seguridad y autoestima que había perdido. Ya no me molesta hacer contacto visual porque sé que mi apariencia es la de cualquier otra persona.
Me siento más cómoda al hacer planes con amigos y tomarme fotos.
La recuperación fue relativamente rápida. Lo más difícil fue la primera semana, especialmente los primeros 3 días en los que el ojo tenía muchas secreciones y ardía. Las semanas posteriores poco a poco mi ojo logró abrirse por completo y con el tiempo dejé de sentir los tirones normales que sentía cuando movía el ojo operado.
Al finalizar la primera semana después de la cirugía estaba trabajando normalmente frente al ordenador, aplicando las gotas necesarias. No sentía dolor ni cansancio.
Lo que tardó más tiempo en recuperarse fue el color del ojo; al menos dos meses para tener un color más normal y para que dejara de notarse el enrojecimiento y la sangre.
El doctor Hurtado fue muy amable, personal y agradable desde un principio. Sabía que estaba en buenas manos y que él entendería mi caso y mis preocupaciones. Siempre me explicó las cosas de una manera sencilla y clara, resolvió todas mis dudas sin problema y hasta la fecha lo sigue haciendo.
En mi cabeza, la cirugía sería un proceso complicado doloroso y extenso, pero el doctor me dio la seguridad suficiente para hacer la intervención sin pensarlo demasiado.
El doctor me compartió su WhatsApp desde la primera consulta para hacerle cualquier pregunta necesaria, siempre me respondió de forma rápida y puntual. En general, siempre sentí que estaba disponible y eso fue muy reconfortante.
Durante el procedimiento puedo recordar que el doctor me hablaba y me daba indicaciones a mí y al equipo de profesionales que se encontraban en la sala. Se aseguraron de colocar la música que pedí durante la intervención. Una persona del equipo me sostuvo la mano todo el tiempo, creo que era una estudiante. Ese pequeño detalle me calmó muchísimo durante la cirugía.
Los beneficios que he notado tras la operación son:
1. Recuperación de la autoestima.
2. Mejora del aspecto estético de mis ojos.
3. Tranquilidad mental. Paz conmigo misma.
Se lo recomendaría a cualquier persona adulta con estrabismo y padres que tengan un hijo con estrabismo.
Como ya se sabe, el estrabismo afecta muchísimo a la autoestima lo cual puede dañar la salud mental de una persona adulta o un niño en crecimiento. El hacer la cirugía a una edad temprana puede facilitar la formación de la autoestima en un niño sin mencionar hacer que el desarrollo interpersonal del niño no se vea afectado.
En un adulto puede incrementar enormemente la autoestima y la salud mental como lo hizo conmigo, lo cual se puede ver reflejado en una mejora de la calidad de vida en general.