El 14 de febrero de 2024, operamos de estrabismo a una simpática hondureña muy católica y fue una experiencia muy enriquecedora. Le ofrecí que eligiera la música que íbamos a poner en el quirófano y me pidió que fuese música religiosa. Así lo hicimos. Nos cuenta ella su experiencia.
Hace seis meses conocí al Dr. Francisco Javier Hurtado, un oftalmólogo joven, cercano, alegre, muy trabajador y profesional. El trato que me dio y su calidez humana fueron la fórmula perfecta para decidir vencer la barrera que por 42 años me había limitado por mi estrabismo, una condición que me hacía sentirme de menos, con mucha frustración y que continuamente limitaba mi desarrollo en todos los sentidos. Y así, tomaba una de las decisiones más importante de mi vida, operarme de mi estrabismo.
Es algo que anhelaba tanto, pero a la vez me causaba mucho temor por la posibilidad que la operación no fuese exitosa. No era como jugar a la rayuela, en donde si las cosas no salen tan bien, no pasa nada, sólo sigues y ya jejeje.
Y así fue como, con muchas dudas, pero también con muchos sueños, emprendí mi viaje a España desde Honduras, Centroamérica. Llevaba conmigo a mi hermana, una maleta cargada de ilusiones, un corazón estremecido y mi vida a flor de piel. Como buena cristiana, había puesto mi Fe en Dios, pero también en usted Doctor.
Y llego el día, ¡¡el 14 de febrero de 2024!!! Doy «¡Gracias a Dios por su regalo indescriptible!»
¡¡Sabía que estaba en buenas manos!!
Han pasado seis meses, los resultados fueron suficientes para mí, la desviación ha mejorado y me siento satisfecha, segura, FELIZ…
He transitado por una infinidad de emociones durante este tiempo. Constantemente tengo el sentimiento de por qué no lo hice antes. Seguramente estuviese con un nuevo amor, como le pasó a Juan (de sus primeros pacientes de estrabismo del Dr. Hurtado). ¡¡¡Aún no he tenido esa dicha!! Jejeje, pero sé que llegará, pues, como a Juan, el amor también me motivó a tomar esta decisión. Pero los tiempos de Dios son perfectos y usted doctor es un gran instrumento de Dios en esta vida; usted inspira, transforma vidas y las hace felices, llenas de colores hermosos y brillantes.
Y mi nueva vida llegó de la mano de un doctísimo que nunca olvidaré.
Francisco Javier Hurtado, gracias por su profesionalismo, pero más allá, gracias por su don de servicios y su bondad.
Gracias y siga transformando más vidas.