“Lo que más me gustó es que me sentí bien, intentaron tranquilizar mis nervios y todos eran muy amables. Yo hablaba y ellos me escuchaban.”
Primero te cuento un poco de teoría y luego escuchamos a Jorge, que tiene mucho que contarnos.
La desviación hacia dentro de los ojos es el estrabismo clásico, en el que todos pensamos cuando nos hablan de ojos torcidos.
Es el más frecuente.
Durante el primer año, muchos niños desvían los ojos hacia dentro de vez en cuando, sobre todo cuando miran un objeto cercano.
- Si no es permanente, se suele pasar con el tiempo y no hay que hacer nada más.
- Si es constante, hay que evaluarlo.
En la consulta, lo más importante es PONER GOTAS QUE DILATAN LA PUPILA. El niño verá mal de cerca y le molestará la luz durante 1-2 días, pero no es que queramos hacer pasar un mal rato al niño, sino que es la forma que tenemos de saber si necesita gafas para corregir la desviación de los ojos.
- Lo ideal es que la desviación se corrija con gafas.
Puede ocurrir que el niño siga desviando los ojos, a pesar de las gafas. En ese caso, no podemos quedarnos de brazos cruzados, sino que tenemos que buscar otras opciones.
- Que un niño tenga los ojos desviados no es normal.
Como segunda opción, aparecen los ejercicios de terapia visual. Consisten en ejercicios visuales para enseñarle al cerebro a desarrollar o mejorar unas habilidades que no tiene o que no son suficientes: alinear los ojos, unir las imágenes de los dos ojos, ver en estereopsis, mejorar la movilidad en unas posiciones o en otras, la calidad del movimiento, el seguimiento de un objeto… en fin, la lista es infinita. Es como si vamos a un gimnasio y tenemos que enumerar todos los grupos musculares que se pueden mejorar: abdominales, espalda, hombros, antebrazos, muslos, contramuslos (bueno, esto es del pollo), cuello, pectorales o muchos otros.
- La terapia visual con un optometrista es una opción muy eficaz para curar una desviación pequeña de los ojos.
Total, que tenemos a un niño en el gimnasio con un entrenador personal (optometrista) aprendiendo a unir sus ojos.
Muchos los consiguen.
Otros, no.
Y repito que no podemos quedarnos con los brazos cruzados. La siguiente opción es la toxina botulínica.
- No todos los niños son candidatos a la toxina botulínica.
No porque no se les pueda poner, sino porque la experiencia nos dice que no va a ser un tratamiento definitivo.
Cómo funciona este tratamiento os lo explicaré en la sección de Toxina botulínica, pero aquí quiero recalcar que es un tratamiento DEFINITIVO. No es como en Estética, que las personas de ponen inyecciones cada 6 meses, sino que una inyección puede alinear los ojos de forma permanente. Es un procedimiento (no me atrevo a decir que sea una cirugía) con muy pocos riesgos y que evita la cirugía de estrabismo en muchos casos… pero hay que seleccionarlos bien.
- Si la cirugía de estrabismo es la mejor opción para tu hijo, adelante. No hacerla, es una opción peor.
La cirugía es la última opción. Lo sé.
Pero si un niño desvía mucho los ojos hacia dentro a pesar de usar unas gafas y de haber intentado otras opciones, no nos queda más remedio que operarle.
En algunos niños con los ojos más achinados, el estrabismo se nota más.
Jorge, 9 años.
“La verdad que yo creía que era un niño normal, pero cuando llegó el momento de leer yo no era capaz, y mi escritura era horrible y también cuando jugaba al fútbol muchas veces no centraba bien. Pero yo no le daba importancia porque pensaba que esto era normal.”
“Tenía mucho miedo al quirófano y a la operación. Nunca me habían operado. Lloré mucho el día que escuche en la consulta que me tenían que operar. También me daba miedo la anestesia, pero la anestesista que me hizo las preguntas me lo explicó muy bien. Y en la clínica cuando me operaron TODOS se portaron genial, aunque yo cerré los ojos no quería ver nada. También me gustó que mis padres estuvieran allí.”
“Después de la operación, me he recuperado GENIAL, no me ha dolido nada de nada, ni me ha molestado nada. Solo tenía los ojos rojos y aún los tengo, pero no me molesta, solo están rojos.
Lo único peor es que me gusta dormir boca abajo y durante varios días no he podido, pero he dormido con mi madre que se preocupaba de que no durmiera baca abajo y que no me frotara.
También, durante uno días no he podido meter la cabeza en la piscina, pero me bañaba con cuidado.
Luego ya pude montar en bici jugar al futbol y al pádel y por fin meter la cabeza.
Ahora cuando empiece el cole espero que me cueste menos estar atento en clase y escribir mejor y ya veré si meto muchos goles al tener los ojos ya bien colocados y ya no siento que se va hacia arriba, sobre todo cuando me levanto por las mañanas.”
“Lo que más me gustó es que me sentí bien, intentaron tranquilizar mis nervios y todos eran muy amables. Yo hablaba y ellos me escuchaban.
Siempre están contentos y sonrientes y esto me gusta mucho.
También me tranquilizaba que mamá tuviera el teléfono del Doctor porque le escribes un WhatsApp y él te contesta y eso me tranquilizaba, porque yo quería montar en bici y no sabía si podía.”
“Se lo recomendaría a cualquier amigo mío que le pasara lo mismo que a mí.
Porque se portan bien y la operación sale bien.”
Como las personas usamos un ojo como dominante (en este caso el ojo izquierdo), es el otro el que se desvía.
