Mi hijo parpadea mucho. Está continuamente guiñando los ojos. Es muy nervioso, pero a mí no me parece normal.
Este es un motivo muy frecuente de consulta en niños de 3-7 años. Muchos padres creen que es porque no ven bien y necesitan gafas, pero no suele ser lo frecuente. Un niño que no ve bien se acerca a los objetos, guiña o entrecierra los ojos (no es lo mismo que parpadear mucho), está más despistado de lo normal en el colegio, se acerca mucho al móvil…
Un tic normalmente es un movimiento rápido, repetitivo, inapropiado y estereotipado, pero un detalle importante es que EL CONTROL ES VOLUNTARIO, es decir, que si le decimos a nuestro hijo que lo controle, lo controla. Al poco rato, lo volverá a hacer, pero no es algo irreprimible e incontrolable.
No es lo mismo un tic pequeño y poco frecuente del párpado que un niño que contrae media cara cada segundo. Además, hay que considerar cuánto interfiere el tic con la vida y las actividades del niño para poner un tratamiento o no. A veces, son tan leves, que no necesitan ninguna actuación especial.
Los músculos que mueven la cara son los más sensibles para excitarse y producir tics.
Los problemas posibles asociados a los tics son:
- Irritación ocular.
Esta es la causa principal y por eso los oftalmólogos somos los primeros que tenemos que ver al niño. Una simple sequedad ocular o una alergia pueden provocar molestias oculares que acaben en un tic. Si las tratamos adecuadamente con gotas, eliminaremos la causa y desaparecerá el tic. Así de sencillo.
Niño con parpadeos frecuentes que pueden estar asociados a irritación ocular.
- Tic, propiamente dicho. Afectan al 5% de la población.
- Transitorio. Dura menos de un año y tiene altibajos.
- Crónico. Dura más de un año. Nos preocupa un poco más que el tic transitorio porque normalmente se asocia a otros problemas de hiperactividad, ansiedad, obsesiones o fobias.
- Síndrome de la Tourette. Asocia varios tics motores y alguno oral.
- Funcional. Se asocia al estrés: nacimiento de un hermano, divorcio de los padres, problemas en el colegio, exámenes, un niño que no es capaz de cumplir unas expectativas, cambio de colegio o de ciudad, cambio de sus cuidadores…
Estos tics empeoran con el estrés, el cansancio, el aburrimiento o viendo la televisión y el tratamiento ideal es el ENTRENAMIENTO PARA REVERTIR EL HÁBITO. Hay psicólogos pediátricos que se encargan de esta cuestión. Yo no.
- Otras causas más raras.
No las voy a nombrar porque conozco a las madres y sé que se angustian sin necesidad. Lo que quiero dejar claro es que el tic suele tener una causa en el ojo y que se trata fácilmente. Ea. Cuando un niño no mejora con el tratamiento, lleva mucho tiempo con el tic y asocia otros problemas, entonces le haremos más pruebas.